viernes, 20 de julio de 2007

A Fontanarrosa

¡Que alguien me diga si lo vio llorar abrazado a todos como lo vi llorar yo a ese viejo, que te puedo asegurar que ese día fue para ese viejo el día más feliz de su vida, pero lejos lejos el más feliz de su vida, porque te juro que la alegría que tenía ese viejo era algo impresionante! Y cuando lo vi caerse al suelo como fulminado por un rayo, porque quedó seco el pobre viejo, un poco que todos pensamos: <<¡Qué importa!>> ¡Qué más quería que morir así ese hombre! ¡Ésa es la manera de morir para un canalla! ¿Iba a seguir viviendo? ¿Para qué? ¿Para vivir dos o tres años rasposos más, así como estaba viviendo, adentro de un ropero, basureado por la esposa y toda la familia? ¡Más vale morirse así, hermano! Se murió saltando, feliz, abrazado a los muchachos, al aire libre, con la alegría de haberle roto el orto a la lepra por el resto de los siglos! ¡Así se tenía que morir, que hasta lo envidio, hermano, te juro, lo envidio! ¡Porque si uno pudiera elegir la manera de morir, yo elijo ésa, hermano! Yo elijo ésa.


19 de diciembre de 1971

(Del libro Nada del otro mundo, Ediciones de la Flor, Buenos Aires 1987)

-Que lo parió...

lunes, 9 de julio de 2007

Mi fecha patria

-¡Lucho, querido! ¡Feliz día de la patria!
-¡Marito! ¿Ahora también se dice feliz día?
-Jaja, ¿feliz día?
-Sí, se dice feliz día en navidad, en tu cumpleaños, lo comprendo. ¿Pero en fecha patria? Jaja, eso no sabía.
-Jaja, sí, qué sé yo, entonces te digo feliz día nomás. No feliz día de la patria.
-¡Pero si eso tiene menos sentido! Ni siquiera tenés una razón, un por qué.
-¿Y?
-Necesitás una razón para decir feliz día, sino todos los días nos saludaríamos con "feliz día".
-¿Y qué problema hay?
-Es muy largo. Hola es mejor, para los tiempos que corren.
-Pero de verdad quiero que tu día sea feliz.
-Pero eso no tiene nada que ver.
-¿Ah, no?
-Claro. Decís feliz día pero no lo deseás, yo hasta se lo digo a mi mujer.
-Bueno, pero a veces sí lo deseás. Como yo. Yo deseo, de verdad, que tengas un día feliz, no te deseo ningún tipo de tristeza.
-No, no, no. La tristeza es otra cosa. Nadie le desea tristeza a otro.
-Pero algo le tiene que desear, sino es un feliz día, tiene que ser un día triste.
-No, esperá.
-Sí, si vos a tus amigos les deseás un feliz día, a los que no, pues les deseás uno triste.
-No, yo les deseo felicidad a todos.
-Pero no le podés decir a todos.
-Por eso mismo, se lo digo a cierta gente, gente que aprecio.
-Y la otra, que se cague, ¿no?
-No, no tengo nada contra ellos.
-Pero nada a favor tampoco.
-Bueno, tal vez sí, quiero que prosperen todos, que el país salga adelante.
-¿Y lo pregonás deseando felicidad a un cierto grupo, privilegiado por tu cercanía, a conocer la dicha por medio de la felicidad que podría ser económica, generando en las clases bajas una separación de la burguesía, que como consecuencia desata una brecha no sólo social sino también educativa, y que ésto provoca la continuidad de dicha brecha?
-Tal vez si te pusieras a trabajar en vez de preguntarte boludeces te iría mejor con tu brecha, ¿sabés?
-Claro, ya no me deseás un feliz día. Sólo porque te digo la verdad.
-Decís boludeces. Es un día más, digo feliz día cuando quiero.
-No tengo problema alguno con que lo hagas. Pero ponete a pensar por qué lo decís. Agarrá un día cualquiera del calendario, el 17 de mayo, por ejemplo, ese día no querés que yo sea feliz.
-Sí, quisiera que sí.
-Pero no me lo decís.
-Pero ya lo sabés.
-¿Y hoy no sé?
-Pero hoy es especial. Es feriado. Yo desearía que tu día sea feliz.
-Pero hagamos de cuenta que hoy soy feliz, ¿qué pasa con los otros días? también querés que sea feliz, un poco, pero no tanto así no te arruino tu cumplido en los cumpleaños, aniversarios y otras cosas.
-Y fechas patrias.
-Fechas patrias. Feliz fecha patria. Feliz 9 de julio. El día que se declaró la independencia, ¿por qué tiene que ser tan feliz el día en que se juntaron un montón de tipos a firmar un papel? ¿Por qué no puede ser más feliz el día que Maradona le hizo el gol a los ingleses?
-Lo que pasa es que es otra cosa.
-Yo sí que estaba feliz ese día, y nadie me deseó feliz día. El día más glorioso, nadie se lo esperaba. ¿Viste alguna goleada de la selección en tu cumpleaños, en navidad, o en fecha patria?
-La verdad que no.
-¿Sabés por qué?
-¿Casualidad?
-Los días felices son los menos esperados. No podemos arrancar el día diciendo feliz día, no sabemos ni qué va a pasar. Menos en una fecha patria que seguramente no pasa nada. A lo sumo verás a tu hijo, humillado ante todo el colegio porque lo disfrasaron del negrito que vende empanadas. Pero no vas a encontrar la dicha ese día.
-O tal vez sí.
-O tal vez sí, no lo sé yo. Pero quizás la encuentres al día siguiente. Sin que nadie lo desee. Los días como hoy son normales, no pasa nada.
-¡Esperá!
-¿Qué, qué te pasa?
-No lo vas a creer...
-¿Qué no voy a creer?
-¡Mirá eso!
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Esperá...¿Puede ser? Sí, jaja. Está nevando, boludo. ¡Está nevando!
-¿Nevando?
-Sí, boludo, ¿no ves?
-¡Qué locura! Jaja. No lo puedo creer.
-¡Después de cuántos años!
-No sé, jaja, andá despertá a tus chicos.
-¡Qué hermoso, che!
-Así es a veces.
-¿Feliz día, no?
-¿Cómo?
-Hoy, 9 de julio. Feliz día.
- Jaja, ¿y todo lo que dijimos?
-No. Hoy no es como decís. Hoy sí tiene que ser un feliz día.